domingo, febrero 13, 2011

Guia de Berlin (7). Sachsenhausen.II


Recapitulando, la visita al campo sigue un recorrido como el que os muestro en la imagen superior.Siguiendo el camino en verde nuestra siguiente parada es el segundo barracón. En él se encuentra el museo mas interesante para el turista,donde podremos ver objetos que identifican la vida diaria en el campo, así como la crueldad Nazi en toda su extensión.



                                                        El potro de tortura.


                                                      Las literas originales




                                  Y lo mas sádico,la autentica horca del campo.


Al salir nos dirigimos al monumento soviético,levantado por los rusos tras la guerra para honrar a los cientos de prisioneros comunistas que fueron victimas de los Nazis.Hay que decir que tras la Segunda Guerra Mundial los rusos siguieron utilizando éste y otros campos para albergar a los muchos alemanes capturados.Tras esos primeros años dedicaron el campo a homenajear exclusivamente a sus compatriotas.

Si os dais cuenta al final de la columna de hormigón veis triangulos rojos. Eran los símbolos distintivos de los presos volcheviques ,el que los distinguía de otros presos del terror Nazi.



Tras pasar el muro llegamos a los mas duro de nuestro recorrido, los lugares donde los nazis llevaban a cabo su sangrienta matanza.Muchos prisioneros eran llevados a éste hueco y fusilado contra esos troncos,para luego ser cremados en los hornos.

Ya sabréis la costumbre judía de poner una piedra como homenaje a sus muertos. Éstas estaban sobre un monolito junto a las cámaras de gas...

Los que hayáis visitado el campo hace años no conoceréis ésta nueva estructura que rodea la zona de cámaras de gas y crematorios. El espacio es ahora mas intimo y mejor acondicionado.


Ésta zona es conocida como Station 2 . Los presos llegaban a éstas habitaciones,eran obligados a desnudarse,con la excusa de hacerles un reconocimiento medico. Les daban paso a una supuesta zona de duchas, y allí eran gaseados a miles.

                             Arriba veis el sumidero de la supuesta sala de duchas.



 En una primera época, los cuerpos eran quemados al aire libre,pero la cara de trabajo era inmensa para los soldados. Con la implantación de los crematorios en el campo el proceso era mas rápido y también mas..."aseado" para la conciencia de los alemanes.



El monumento que recuerda a las víctimas es desgarrador ,una muestra de las múltiples cicatrices físicas que dejó en los supervivientes ésta terrible época. Las cicatrices del alma aún siguen vigentes.

 De vuelta a Berlin no hace falta deciros el toque que llevábamos encima. El shock te deja pensativo toda la tarde,de hecho el viaje de vuelta fue en metro desde la misma estación de Oranienburg montados en un vagón silencioso lleno de gente.

Decidimos  merendar en el Ku´Damm, en un contraste brutal entre la visita de la mañana y el bullicio de la moderna Alemania.

Esa tarde pensamos en irnos de cervezas, y visitar algunos de los mas reconocidos por los viajeros,ambos en el Nikolaiviertel,pero para hacer tiempo paseamos por Unter den Linden ,en un recorrido que os recomiendo.




Desde el agradable paseo bajo los tilos volvemos sobre la ópera,la universidad y la Bebel Platz hasta la frontera del Nikolaiviertel con la Alexander Platz, y hacer nuestra primera parada cervecera....




Mutter Hoppe es una terraza agradable al estilo de los Biergarten Bávaros, solo que el local se encuentra bajando unas escaleras muy estrechas. Al final se encuentra un piano-bar muy pequeño con pocas mesas y todas con reserva, y además llena de puretas, así que eramos los únicos sentados fuera,pero mereció la pena. Pedimos una cerveza tipo Dunkel y guardé la factura de recuerdo. La chica que nos atendió era un encanto,pero aún así dimos la vuelta y en el local de atrás nos tomamos otras dos.


No recuerdo el nombre del local, aunque no tiene perdida, justo a la espalda del Mutter en una plaza donde además se encuentra el restaurante donde comimos el primer día.

Lo bueno de éste es que está a cubierto y además te dan una manta para el frío,aunque las dos cervezas siguientes ayudaron a entrar en calor. A ver, en total llevamos litro y medio,y aún queda la cena.


 Llegamos a la Gendarmen platz,ya que por la tarde habíamos visto un local bastante ambientado,se llama Augustiner. A la hora de cenar pedimos un plato de nombre impronunciable,lleno de todos los manjares típicos alemanes,algo así como un frito variado, y una cerveza mas. Cual me recomienda?? el camarero me mira sorprendido y me responde... Augustiner!!!
Resulta que estamos en un restaurante con birra propia. Las camareras van vestidas de Bávaras con traje regional, y todo el mundo es muy simpático. De verdad que os lo recomiendo.


El camino al hotel es balsámico para poder bajar tanta carne. Desde Potsdamer es imposible dejar de pensar cuanto ha cambiado ésta Alemania en éste último siglo,desde lo visto por la mañana hasta la ciudad desenfadada y moderna de la tarde,cuantas cosas han pasado!!